Sistema de Análisis de Peligros y Puntos Críticos de Control
HACCP (Análisis de Peligros y Puntos Críticos de Control), es un sistema en el que se aborda la seguridad alimentaria a través de la identificación, análisis y control de los procesos físicos, químicos, biológicos y , si es necesario, peligros radiológicos; desde las materias primas y etapas del proceso productivo, hasta la distribución y consumo del producto terminado.
Sistema básico para reducir, controlar o eliminar los riesgos que pueden comprometer la seguridad alimentaria.
Está diseñado para ser implementado en cualquier segmento de la industria alimentaria, tales como: cultivo, recolección, procesamiento o preparación y distribución de alimentos para el consumo. debe operar de acuerdo con los principios generales de higiene de los alimentos relevantes y la legislación de seguridad alimentaria correspondiente. El compromiso de gestión es necesario para la implementación de un sistema HACCP efectivo. Cuando se identifican y analizan los peligros y se toman las acciones consiguientes para desarrollar y aplicar sistemas HACCP, el implicaciones de las materias primas, ingredientes, prácticas de producción de alimentos, el papel de los procesos de producción en el control de peligros, el uso final probable del producto.
Es importante que el sistema HACCP se aplique de forma flexible, teniendo en cuenta la naturaleza y el alcance de la operación.
Manual HACCP simplificado para completar
Hay quienes piensan que El HACCP está vinculado únicamente a las grandes empresas y que la conducción de una pequeña empresa relacionada con la alimentación está exenta del cumplimiento de la normativa que lo exige, pero nada más lejos de la verdad. Obviamente una pequeña panadería no necesitará el mismo plan, prerrequisitos o implementación de HACCP que una empresa de catering a nivel estatal, pero la incorporación de sistemas de autocontrol es fundamental siempre que existan riesgos para la salud.
Desinfección de superficies de alimentos
El programa de limpieza y desinfección tiene como objetivo reducir la cantidad de microorganismos contaminantes a niveles que representen un peligro para la salud o la calidad de los productos alimenticios. Dado que la mayoría de los microorganismos están adheridos a la materia orgánica que ingieren, la fase de limpieza juega un papel fundamental para garantizar la máxima eficacia de la fase de desinfección La eliminación de la suciedad orgánica e inorgánica de la superficie deja a los microorganismos sin un soporte físico al que anclar, facilitando la acción de los productos desinfectantes en la fase posterior.
Una buena limpieza no solo permite la eliminación de los residuos presentes en las superficies, acondicionándolas para que la desinfección sea lo más eficaz posible, pero también ejerce un efecto de arrastre al reducir la cantidad de microorganismos presentes en la superficie.